Lo normal es que tengas ya decidida la bicicleta a utilizar; caso contrario, podrías utilizar cualquiera de las tres, dependiendo fundamentalmente del entrenamiento que puedas realizar, o bien, cual de ellas prefieres.
La verdad es que si has entrenado un poco, podrías hacerlo con bicicleta, no teniendo mucha prisa, y estando dispuesto en algunos tramos a empujar la bici. Las bicis todo terreno pueden en principio ir por los mismos caminos que recorren las personas, y también influye muchísimo si se lleva el equipaje en las alforjas, o llevamos vehículo de apoyo.
La bici de carretera, como su nombre indica, es para ir por la carretera, y termina siendo la más cómoda, pues bien por las prisas, bien por ser las primeras etapas del Camino de grandes dificultades para las bicis todo terreno, la verdad es que prácticamente todas, terminan en la carretera.
La bicicleta híbrida, mezcla de las dos anteriores, sería acaso la que mejor se ajusta, pues los tramos fáciles los podría hacer por el Camino, y los que presten mayores dificultades, por la carretera.
No obstante, la decisión es muy personal, y depende incluso de la forma en que piensan hacerlo el resto de nuestros compañeros, y, por supuesto, de los días de que dispongamos.
En principio el Camino es el mismo que sigue el peregrino de a pie, pero te advertimos que si llevas alforjas con el equipaje, te resultará más dificultoso seguirlo, con muchos tramos en que tendrás que empujar la bici, y terminará resultando muy pesado.
La pega es que no puedes salirte del Camino para volver a él cuando lo deseas; hay tramos que discurren bastante separados, y una vez comienzas por el Camino, no te queda más remedio que continuar por él, independientemente de las dificultades que se te presenten.
La verdad es que si empiezas en Roncesvalles por el Camino, para el segundo o tercer día es seguro que te has salido a la carretera, pues el trazado presenta muchísimas dificultades.
Lo cierto es que la bici todo terreno, con 8/10 Kg. de equipaje, resulta completamente distinta de esa bici que utilizamos los domingos para andar por el monte y hacer 20/30 Kms.
Lo mejor sería, antes de salir a hacer el Camino, hacer la prueba:
Cargamos un domingo la bici con las alforjas y sus correspondientes 8/10 Kg. y nos hacemos por el monte el equivalente a lo que hemos previsto será una etapa, 60/80/100 kms. y en función de cómo terminemos, tomamos la decisión.
Cuestión IMPORTANTISIMA a considerar será la época del año en que pensemos realizar el Camino, pues es bien sabido que si ha llovido recientemente, los caminos, que cuando no son carretera son de tierra o pista de concentración parcelaria, guijarro, etc. estarán completamente impracticables, ya que a las ruedas se adhiere el barro con muchísima facilidad.
En Galicia, ya la subida al Cebreiro representa grandísimas dificultades; luego, en invierno y a principios de primavera, tendríamos las corredoiras (caminos que transita el ganado, generalmente sombríos), completamente anegadas de agua y barro, casi imposible de recorrer en bici (andando, a veces tienes que ir saltando tapias y cercas para evitar las corredoiras en invierno).
Finalmente es necesario hacerte alguna recomendación o aviso, si decides hacer el Camino en bicicleta. Si bien es uno de los medios posibles de peregrinar, junto con el caballo y a pie, hay que tener en cuenta que por su movilidad y facilidad de desplazamiento, en relación con los otros métodos, sus prioridades sobre los demás siempre serán las últimas. Esto cuenta sobre todo a la hora de tomar plaza en los albergues, no es equiparable el esfuerzo físico y cansancio acumulado de alguien que se mueve a pie que el que lo hace en bicicleta, y no se trata de comparar que el de bicicleta lleva muchos kilómetros recorridos, el Camino no es una pista de competición, nadie marca etapas ni longitudes, no se trata en hacerlo en el menor tiempo posible sino en disfrutar del Camino en el Camino, y con esta premisa y etapas normalizadas el cansancio, repetimos, y la necesidad de reponer fuerzas no es comparable.
Otro punto que conviene resaltar es el respeto al peregrino a pie, él tiene preferencia en el Camino siempre, cuando les rebases debes hacerlo con cuidado, como te gustaría que lo hicieran contigo los automóviles en la carretera, avisándoles con tiempo, pero sin asustarles, debes asumir que van cansados, que posiblemente se muevan con torpeza para esquivarte, o para permitir que les esquives. Si les haces señales acústicas, bien con la voz o con el timbre, es posible que no te oigan, que vayan distraidos o simplemente que sean extranjeros y no entiendan lo que dices. Modera tu velocidad, no práctiques deportes de riesgo en el Camino.
Entrada relacionada: CONSEJOS PARA EL CAMINO DE SANTIAGO.
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