Lógicamente, con los datos sobre las diversas etapas, y conociendo tus posibilidades, antes de salir, deberás hacer una distribución de las etapas a realizar por tí.
Para tu distribución personal de las etapas, tendrás presente la disponibilidad de albergues, y la distancia a que se encuentran, la posibilidad de avituallamiento, y el tiempo de que dispones.
Antes de seguir adelante, un consejo: PROCURA HACER EL CAMINO TODO ENTERO DE UNA SOLA TIRADA, y digo esto, porque ahora se está poniendo de moda hacer cortas etapas de fines de semana, puentes y demás, para quitarle unos kms., y ya más adelante, y ahora de un tirón, desde León, Ponferrada u otros sitios ya relativamente cercanos, llegar a Santiago.
Hecho este inciso; volvamos al tema de las etapas, que no tienen que ser inamovibles con respecto a lo que habíamos previsto. Cualquier acontecimiento, y puede ser éste el quedarte con un pastor o un campesino charlando, te puede obligar a rehacer las etapas.
Casi diríamos que el reloj deberíamos dejarlo en casa, y, por tanto, también las prisas; tener la "obligación" de llegar a determinado punto, suele ser una causa de muchos abandonos.
La improvisación no debe existir antes de comenzar el Camino, pero, una vez en él, resulta hasta más apasionante.
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